lunes

Tema musical "Cada día" ... sobre la Confianza y La Misericordia

Este tema musical es del cantante cristiano Jesús Adrián Romero y su esposa.

Tema musical "Padre Nuestro"

La presencia de Jesús en el corazón - Pensamientos del Padre Pío de Pietrelcina


“Confieso que para mí es una gran desgracia no saber expresar y explicar este volcán eternamente encendido que me quema y que Jesús hizo nacer en este corazón tan pequeño”.
¡Bendigo a Dios, que por su gracia, otorga santos sentimientos!
Todo lo podría resumir así: me siento devorado por el amor a Dios y el amor por el prójimo. Dios está siempre presente en mi mente, y lo llevo impreso en mi corazón. Nunca lo pierdo de vista: me toca admirar su belleza, sus sonrisas y sus emociones, su misericordia, su venganza o más bien el rigor de su justicia
...¿Cómo es posible ver a Dios entristecerse por el mal y no entristecerse también uno?
Si Jesús se manifiesta a vosotros, dadle gracias; si se os oculta, dadle gracias. Todo esto es un juego de amor para traernos dulcemente hacia el Padre. Perseverad hasta la muerte, hasta la muerte con Cristo en la Cruz.

Historia de la Solemnidad del Corpus Christi


A fines del siglo XIII surgió en Lieja, Bélgica, un Movimiento Eucarístico cuyo centro fue la Abadía de Cornillón fundada en 1124 por el Obispo Albero de Lieja. Este movimiento dio origen a varias costumbres eucarísticas, como por ejemplo la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de las campanillas durante la elevación en la Misa y la fiesta del Corpus Christi.
Santa Juliana de Mont Cornillón, por aquellos años priora de la Abadía, fue la enviada de Dios para propiciar esta Fiesta. La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.
Desde joven, Santa Juliana tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre anhelaba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haber intensificado por una visión que tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.

Video: La Santísima Trinidad

Oración a la Santísima Trinidad


Creo en Ti Dios Padre, creo en Ti Dios Hijo, creo en Ti Dios Espíritu Santo, pero aumentad mi fe.
Espero en Ti Dios Padre, espero en Ti Dios Hijo, espero en Ti Dios Espíritu Santo, pero aumentad mi esperanza.
Te amo Dios Padre, te amo Dios Hijo, mi Señor Jesucristo Dios y hombre verdadero, te amo Dios Espíritu Santo, pero aumentad mi amor.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, Gloria a la Santísima e indivisa Trinidad, como era en el principio, ahora y siempre, por todos los siglos de los siglos. Amen


Padre omnipotente, ayuda mi fragilidad y sácame del abismo de mi miseria. Sabiduría del Hijo, endereza todos mis pensamientos, palabras y obras de este día. Amor del Espíritu Santo, sé el principio de todas las obras de mi alma, para que sean siempre conformes con la Voluntad del Padre.
A Ti Padre Ingénito, a Ti Hijo Unigénito, a Ti Espíritu de Santidad, un solo Dios en Trinidad, de todo corazón te confieso, te bendigo , te alabo.
A Ti, Trinidad Santísima se te dé siempre, todo honor, gloria y alabanza por toda la eternidad.

 Amen.

viernes

Video: Veni Sancte Spiritus

Veni Sancte Spiritus

Veni Sancte Spiritus (Ven Espíritu Santo) es un poema originalmente en latín en el cual la Iglesia pide la asistencia del Espíritu Santo. Recuerda la primera venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles en Pentecostés, narrada en el capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles. Se le atribuye al arzobispo de Canterbury Stephen Langton (1160-1228) y al Papa Inocencio III (murió en 1216).
Veni Sancte Spiritus es una de las secuencias preservadas luego del Concilio de Trento. También se le llama la secuencia de oro y se canta durante la Misa el Domingo de Pentecostés.

Secuencia

Latin

Veni Sancte Spiritus
et emitte caelitus
lucis tuae radium.

Veni pater pauperum,
veni dator munerum,
veni lumen cordium.

Consolator optime,
dulcis hospes animae,
dulce refrigerium.

In labore requies,
in aestu temperies,
in fletu solacium.

O lux beatissima,
reple cordis intima
tuorum fidelium.

Sine tuo numine
nihil est in homine,
nihil est innoxium.

Lava quod est sordidum,
riga quod est aridum,
sana quod est saucium.

Flecte quod est rigidum,
fove quod est frigidum,
rege quod est devium.

Da tuis fidelibus
in te confidentibus
sacrum septenarium.

Da virtutis meritum,
da salutis exitum,
da perenne gaudium.

Amen. Alleluia.
Español

Ven, Espíritu Santo,
y envía del Cielo
un rayo de tu luz.

Ven, padre de los pobres,
ven, dador de gracias,
ven luz de los corazones.

Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
su dulce refrigerio.

Descanso en la fatiga,
brisa en el estío,
consuelo en el llanto.

¡Oh luz santísima!
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles.

Sin tu ayuda,
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.

Lava lo que está manchado,
riega lo que está árido,
sana lo que está herido.

Dobla lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está extraviado.

Concede a tus fieles,
que en Ti confían
tus siete sagrados dones.

Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.

Amén. Aleluya.

sábado

Gifs de Jesús Misericordioso para compartir













¡Espero que les haya gustado! Ya que todos los gifs que subí en esta entrada están hechos por mí, de forma artesanal y con mucho, mucho amor...
Saludos y bendiciones.
Paula

martes

El logo del Año Jubilar es un compendio teológico de la misericordia

El logo y el lema del Año Jubilar son una buena síntesis de lo que será este año de la Misericordia. Con el lema ‘Misericordiosos como el Padre’ se propone vivir la misericordia siguiendo el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida. El logo –obra del jesuita Marko I. Rupnik– se presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia. Muestra, en efecto, al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre extraviado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, porque indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención. 
El dibujo se destaca el Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. El Buen Pastor con extrema misericordia carga sobre sí la humanidad, pero sus ojos se confunden con los del hombre. La escena se coloca dentro la mandorla que es también una figura importante en la iconografía antigua y medieval por cuanto evoca la presencia de las dos naturaleza, divina y humana, en Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona. 

(from Vatican Radio/http://www.news.va/

sábado

Mayo: Mes de María

La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más



Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.

domingo

La imagen de la Divina Misericordia y la Sábana Santa

Evangelio según San Juan 20, 19 - 31

Lecturas bíblicas en el domingo de la Fiesta de la Divina Misericordia

Domingo, 12 de abril de 2015

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,32-35):
En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
Palabra de Dios


Salmo

Sal 117,2-4.16ab-18.22-24

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia


Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. 
Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. 
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R/.


La piedra que desecharon los arquitectos 
es ahora la piedra angular. 
Es el Señor quien lo ha hecho, 
ha sido un milagro patente. 
Éste es el día en que actuó el Señor: 
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.


Señor, danos la salvación; 
Señor, danos prosperidad. 
Bendito el que viene en nombre del Señor, 
os bendecimos desde la casa del Señor; 
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.


Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (5,1-6):
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. 
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.» 
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegria al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» 
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» 
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 
Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» 
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» 
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. 
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.» 
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» 
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» 
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» 
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Palabra del Señor

sábado

Bula de Indicción del Jubileo de la Misericordia

Misericordiae Vultus

Lea la  Bula de Indicción del Jubileo de la Misericordia en el sitio web oficial  www.iubilaeummisericordiae.va





Indulgencia plenaria en el Domingo de la Misericordia

Durante las apariciones del Señor de la Divina Misericordia a Santa Faustina, Cristo aseguró varias gracias a los que se acercaran a su misericordia. San Juan Pablo II, más adelante, instituyó oficialmente la indulgencia plenaria para esta fiesta.

“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores… El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas… Que ningún alma tema acercarse a mí, aunque sus pecados sean como escarlata”, dijo el Señor en una promesa que hizo a Santa Faustina Kowalska en una de las apariciones místicas que le concedió.
En el 2002, esta promesa de Cristo se hizo “oficial” en la Iglesia cuando, por mandato de San Juan Pablo II, la Santa Sede publicó el “decreto sobre las indulgencias recibidas en la Fiesta de la Divina Misericordia”, un don que también puede alcanzar a los enfermos y los navegantes en altamar.
En el segundo domingo de Pascua, que este año se celebra el 12 de abril, se concede la indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que participe en actos de piedad realizados en honor de la Misericordia divina.
“O al menos rece, en presencia del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, ‘Jesús misericordioso, confío en ti’)”, dice el texto del decreto.
Asimismo se concede indulgencia parcial “al fiel que, al menos con corazón contrito, eleve al Señor Jesús misericordioso una de las invocaciones piadosas legítimamente aprobadas”.
También los enfermos y las personas que los asisten, los navegantes, los afectados por la guerra, las vicisitudes políticas o la inclemencia de los lugares “ytodos los que por justa causa no pueden abandonar su casa o desempeñan una actividad impostergable en beneficio de la comunidad, podrán conseguir la indulgencia plenaria”.
Esto siempre y cuando, con total rechazo de cualquier pecado y con la intención de cumplir, en cuanto sea posible, las tres condiciones habituales recen “frente a una piadosa imagen de nuestro Señor Jesús misericordioso, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso”.
Asimismo, si ni siquiera se pudiera hacer lo antes descrito, podrán obtener la indulgencia plenaria “los que se unan con la intención a los que realizan del modo ordinario la obra prescrita para la indulgencia y ofrecen a Dios misericordioso una oración y a la vez los sufrimientos de su enfermedad y las molestias de suvida, teniendo también ellos el propósito de cumplir, en cuanto les sea posible, las tres condiciones prescritas para lucrar la indulgencia plenaria”.
Jesucristo también prometió a Santa Faustina que cuando se rece la Coronilla de la Divina Misericordia junto a los moribundos se pondrá “entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso”.

(ACIPRENSA.COM)

El Papa convocará el Jubileo Extraordinario de la Misericordia


El sábado 11 de abril, en víspera del Domingo de la Misericordia, a las 17.30 en la basílica de San Pedro, el Santo Padre convocará oficialmente el Jubileo Extraordinario de la Misericordia con la publicación de la Bula de Convocación "Misericordiae vultus". 


La bula del Jubileo -además de indicar la duración, las fechas de apertura y cierre, y las modalidades de desarrollo-, constituye el documento fundamental para conocer el espíritu con el que ha sido convocado, las intenciones y los frutos esperados por el papa Francisco. 




Para la proclamación, el Santo Padre, acompañado por los cardenales, se dirigirá a la entrada de la basílica vaticana. Al lado de la Puerta Santa entregará la Bula de convocación a los cuatro cardenales arciprestes de las basílicas papales de Roma: el cardenal Angelo Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro en el Vaticano; el cardenal Agostino Vallini, arcipreste de la basílica de San Juan de Letrán; el cardenal James Michael Harvey, arcipreste de la basílica de San Pablo Extramuros; el cardenal Santos Abril y Castelló, arcipreste de la basílica de Santa María la Mayor. 



Para expresar el deseo de que el Jubileo extraordinario de la Misericordia sea celebrado en Roma y en todo el mundo, el papa Francisco entregará una copia de la Bula -para hacerla llegar simbólicamente a todos los obispos- al prefecto de la Congregación para los Obispos, cardenal Marc Ouellet, al prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, cardenal Fernando Filoni y al prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, cardenal Leonardo Sandri. 



En nombre de todo el Oriente recibirá una copia del documento el arzobispo Savio Hon Tai-Fai, nacido en Hong Kong y ahora secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. 



El continente africano estará representado por el arzobispo Bartolomé Adoukonou, originario de Benín y actualmente secretario del Consejo Pontificio para la Cultura. 



Para las Iglesias Orientales, el Santo Padre entregará la bula a monseñor Khaled Ayad Bishay de la Iglesia Patriarcal de Alejandría de los Coptos. 



El regente de la Casa Pontificia, monseñor Leonardo Sapienza, en calidad de Protonotario Apostólico, leerá en presencia del Papa algunos extractos del documento oficial de convocatoria del Año Santo extraordinario. Seguidamente el Santo Padre presidirá la celebración de las Primeras Vísperas del Domingo de la Divina Misericordia.+ (VIS) 



Los Jubileos o Años Santos 
El Jubileo de la Misericordia se iniciará el presente año con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. El Santo Padre, al inicio del año, exclamó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales”. 



El tema de este Año Santo está tomado de la carta de San Pablo a los Efesios: “Dios rico en misericordia” (Ef 2,4). 



La Iglesia católica inició la tradición del Año Santo con el papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este Pontífice previó la realización de un jubileo cada siglo. Desde el año 1475 –para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo– el jubileo ordinario comenzó a espaciarse al ritmo de cada 25 años. Un jubileo extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia. 



Los Años Santos ordinarios celebrados hasta hoy han sido 26. El último fue el Jubileo del año 2000. La costumbre de proclamar Años Santos extraordinarios se remonta al siglo XVI. Los últimos de ellos, celebrados el siglo pasado, fueron el de 1933, proclamado por Pío XI con motivo del XIX centenario de la Redención, y el de 1983, proclamado por san Juan Pablo II por los 1950 años de la Redención. 



Con el Jubileo de la Misericordia, el papa Francisco pone al centro de la atención el Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia Él. El encuentro con Él inspira la virtud de la misericordia. 



El rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la salvación. Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores. 



La misericordia es un tema muy sentido por Francisco quien ya como obispo había escogido como lema propio “miserando atque eligendo”. Se trata de una cita tomada de las homilías de san Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme). Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina. Una traducción del lema podría ser: “Con ojos de misericordia”. 



En el primer Ángelus después de su elección, el Santo Padre decía que: “Al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia”. 



También este año, en el Ángelus del 11 de enero, manifestó: “Estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”. 



Y en el mensaje para la Cuaresma de 2015, el Santo Padre escribió: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”. 



El papa Francisco confió al Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización la organización del Jubileo de la Misericordia. 



Lista de los años jubilares con los respectivos papas 
1300: Bonifacio VIII 
1350: Clemente VI 
1390: proclamado por Urbano VI, presidido por Bonifacio IX 
1400: segundo jubileo de Bonifacio IX 
1423: Martín V 
1450: Nicolás V 
1475: proclamado por Paulo II, presidido por Sixto IV 
1500: Alejandro VI 
1525: Clemente VII 
1550: proclamado por Paulo III, presidido por Julio III 
1575: Gregorio XIII 
1600: Clemente VIII 
1625: Urbano VIII 
1650: Inocencio X 
1675: Clemente X 
1700: Abierto por Inocencio XII, concluido por Clemente XI 
1725: Benedicto XIII 
1750: Benedicto XIV 
1775: proclamado por Clemente XIV, presidido por Pío VI 
1825: León XII 
1875: Pío IX 
1900: León XIII 
1925: Pío XI 
1933: Pío XI 
1950: Pío XII 
1975: Pablo VI 
1983: san Juan Pablo II 
2000: san Juan Pablo II 
2015: Francisco 



En los años 1800 y 1850 no hubo jubileo a causa de las circunstancias políticas de la época.+ (AICA)

miércoles

LA LLAMA DE LA MISERICORDIA


El Papa Juan Pablo II el 16 de Diciembre de 2003, en el Vaticano, encendió la primera “Llama del Amor Misericordioso” o fuego de la Misericordia.


Con las dispensas especiales por parte de aeropuertos y aerolíneas, este fuego fue llevado por Monseñor Zajac desde el Vaticano hasta el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia-Lagiewniki, Polonia. Allí se mantiene encendido perpetuamente en la Capilla del Convento y en la capilla de adoración perpetua de la Basílica. Dicha llama nos recuerda las palabras de Juan Pablo II al consagrar el templo y el mundo a la Divina Misericordia: “Es preciso transmitir este fuego de la misericordia…”


Desde allí ha sido ofrecida a diferentes comunidades, ciudades y países.


Ingresó a nuestro continente por Costa Rica, y desde allí a Chile y Argentina. 


En la Semana Santa de 2006 fue entregada por primera vez, a los devotos que asistieron al “Retiro de la Divina Misericordia” en La Falda, Córdoba.


El Domingo de la Misericordia de 2007 -23 de abril -, gracias a los “Apóstoles de la Divina Misericordia” y al P. Germán Saksonoff, llega al Santuario Nacional de Jesús Misericordioso de Villa Urquiza (C.A. de Bs.As.) y desde allí, se fue transmitiendo por todo el país.






 fuente: http://jesus-misericordioso.org/

martes

EL EVANGELIO DE HOY: La aparición a María Magdalena

Del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18


Estaba María junto al sepulcro, llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.

Oración introductoria
Señor, cuánta ofuscación, cuántos miedos, cuántas tentaciones me alejan fácilmente de mi camino a la santidad. Me cuesta rezar, me cuesta guardar silencio, me cuesta no percibir, no sentir que me estés escuchando… Pero creo y confío en que, a pesar de mi debilidad, Tú siempre estés a mi lado. ¡Ven e ilumina mi oración!

Petición
Señor, permite reconocerte en tu Palabra y en esta meditación, así como le sucedió a María Magdalena.

Meditación del Papa Francisco
María Magdalena llora, lo ve pero no lo reconoce, se da cuenta de que es Jesús sólo cuando Él la llama por su nombre; los discípulos de Emaús, deprimidos y con sentimientos de derrota, llegan al encuentro con Jesús dejándose acompañar por el misterioso viandante. ¡Cada uno por caminos diferentes! Buscaban entre los muertos al que está vivo, y fue el mismo Señor el que corrigió el rumbo. Y yo, ¿qué hago? ¿Qué camino sigo para encontrar al Cristo vivo? Él estará siempre cerca de nosotros para corregir el rumbo si nosotros nos hemos equivocado.
"¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?" Esta pregunta nos hace superar la tentación de mirar hacia atrás, a lo que fue ayer, y nos empuja a avanzar hacia el futuro. Jesús no está en la tumba, él es el Resucitado, el Viviente, el que siempre renueva su cuerpo que es la Iglesia y lo hace andar atrayéndolo hacia Él. "Ayer" es la tumba de Jesús y la tumba de la Iglesia, el sepulcro de la verdad y la justicia; "hoy" es la resurrección perenne a la que nos impulsa el Espíritu Santo, que nos da plena libertad.» (S.S. Francisco, catequesis del 23 de abril de 2014).
Reflexión
El amor auténtico pide eternidad. Amar a otra persona es decirle «tú no morirás nunca» – como decía Gabriel Marcel. De ahí el temor a perder el ser amado. María Magdalena no podía creer en la muerte del Maestro. Invadida por una profunda pena se acerca al sepulcro. Ante la pregunta de los dos ángeles, no es capaz de admirarse. Sí, la muerte es dramática. Nos toca fuertemente. Sin Jesús Resucitado, carecería de sentido. «Mujer: ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?» Cuántas veces, Cristo se nos pone delante y nos repite las mismas preguntas. María no entendió. No era capaz de reconocerlo.

Así son nuestros momentos de lucha, de oscuridad y de dificultad. «¡María!» Es entonces cuando, al oír su nombre, se le abren los ojos y descubre al maestro: «Rabboni».. Nos hemos acostumbrado a pensar que la resurrección es sólo una cosa que nos espera al otro lado de la muerte. Y nadie piensa que la resurrección es también, entrar «más» en la vida. Que la resurrección es algo que Dios da a todo el que la pide, siempre que, después de pedirla, sigan luchando por resucitar cada día. «La Iglesia ofrece a los hombres el Evangelio, documento profético, que responde a las exigencias y aspiraciones del corazón humano y que es siempre “Buena Nueva”.
La Iglesia no puede dejar de proclamar que Jesús vino a revelar el rostro de Dios y alcanzar, mediante la cruz y la resurrección, la salvación para todos los hombres». (Redemptoris Missio, n. 11) En las situaciones límites se aprende a estimar las realidades sencillas que hacen posible la vida. Todo adquiere entonces sumo valor y adquiere sentimientos de gratitud. «He visto al Señor» - exclamó María. Esta debe ser nuestra actitud. Gratitud por haber visto al Señor, porque nos ha manifestado su amor y, como a María, nos ha llamado por nuestro nombre para anunciar la alegría de su Resurrección a todos los hombres. Que la gracia de estos días sacros que hemos vivido sea tal, que no podamos contener esa necesidad imperiosa de proclamarla, de compartirla con los demás. Vayamos y contemos a nuestros hermanos, como María Magdalena, lo que hemos visto y oído. Esto es lo que significa ser cristianos, ser enviados, ser apóstoles de verdad.
Propósito
Ante las dificultades y frustraciones de este día, ejercitar mi fe y mi confianza en Cristo.

Diálogo con Cristo
Jesús, el conocer el amor que María Magdalena experimentó, me llena de consuelo. Ella te amó y fue fiel en el Calvario. Se mantuvo firme en su misión de propagar con energía y convicción el anuncio de tu resurrección. Y fue capaz de amar así porque se sintió amada, acogida, protegida por Ti, que ves más allá de la debilidad. Gracias, Señor, por tu amor, sé que me amas de la misma forma y espero corresponder a tan inmenso amor, ¡ayúdame a crecer en el amor!

(Por: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net)

domingo

¡Felices Pascuas de Resurrección!


En este Domingo gritamos alegres 
¡Aleluya! 
Dios abraza a la humanidad entera 
desde la pasión inmensa que siente por nosotros. 
¡El Señor ha Resucitado! ¡Aleluya! 
Todas nuestras manos vacías, 
todas nuestras manos sucias, 
todas nuestras manos cansadas, 
todas nuestras manos llenas de cosas, 
todas nuestras manos amenazantes, 
todas nuestras manos... 
por la Resurrección del Señor 
quedan liberadas para abrazar con todas las fuerzas. 
¡El Señor ha Resucitado! ¡Aleluya! 
Hoy la Iglesia se engalana con sus mejores ropajes, 
inundada por tan inmensa Luz; 
hoy los creyentes sentimos y celebramos 
que la vida vence todas las sombras de muerte,
que la Resurrección es esperanza para todos. 
¡El Señor ha Resucitado! ¡Aleluya! 
Hoy con Jesús, el Cristo, todos resucitamos, 
todos renovamos nuestro compromiso 
de apostar por la vida y por el optimismo; 
por los buenos proyectos y por los más desfavorecidos; 
por los más indiferentes y por la paz sin condiciones; 
por el bien común, por la desapropiación que humaniza; 
por la liberación de toda atadura 
y por los hermanos antes que por nosotros mismos. 
Gritemos con nuestra vida que 
¡El Señor ha Resucitado! ¡Aleluya! 
¡Feliz Pascua de Resurrección!